sábado, 26 de marzo de 2016

Se que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío. Se que he perdido el amarillo y el negro y pienso en esos imposibles colores como no piensan los que ven. Mi padre ha muerto y está siempre a mi lado. Cuando quiero escandir versos de Swinburne, lo hago, me dicen, con su voz. Solo el que ha muerto es nuestro, solo es nuestro lo que perdimos. Illón fue, pero Illón perdura en el hexámetro que la plañe. Israel fue cuando era una antigua nostalgia. Todo poema, con el tiempo, es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos. J. L. Borges

No hay comentarios:

Publicar un comentario