viernes, 10 de junio de 2016

Como en una extensa galería de arte, recorro cada imagen, todas me parecen perfectas, cada una evoca un momento, un diálogo, una luna, un amanecer.
Las hago mías al instante, hasta que un duro golpe en el patíbulo sesga el velo y cae.
En espiral retorno viendo en perspectiva, y me duele el desgarrado cuerpo de la Maya.
Clavo un puñal, en cada lienzo, empapado en las aguas de Leteo con el deseo profundo del olvido. Mas el fuego de mi corazón lo seca de inmediato y duele, y continúa abierta la herida y un inmenso anhelo la cose burdamente con tientos trenzados de recuerdos. Caigo en espiral de nuevo al claustro y pienso en el sabio Zaratustra, eterno resurgente … “Estoy hastiado de mi sabiduría … tengo necesidad de manos que se extiendan”

María Williams

jueves, 2 de junio de 2016


Tomada del cayado que forman tus recuerdos, camino entre mutilada y ciega por esta historia. Tu ausencia necesaria y dolorosa, lacera mis ganas y mis anhelos. Mi sino me lleva una y otra vez a transitar por callejones oscuros, donde en cada puerta, en cada ventana asoma algo de vos. Y avanzo, tejiendo una fantástica historia con el hilo que ha dejado ese último acorde.
He de desear ensordecer ante el canto de la sirena, pero me embeleza, me atrae, me cautiva y cual narcótico que no puedo abandonar, sucumbo. Y me da aliento y respiro un día más.
Me regale la muerte un anticipado sueño estigio, para arrancarte del torrente vital que me atraviesa… o será que jamás nos alcanzó tu rayo, Zeus verdugo?

María Williams
Fotografía: MW Octubre 2014