viernes, 10 de diciembre de 2010

Se ha quedado en mí...





Lo vi sentarse lentamente, como preparado para una ceremonia.

Su disposición concentrada sobre la extensión de sus sentidos hacía percibir cada suspiro como parte de la próxima melodía.

Mi mirada se posó en sus manos, ágiles y suaves, apoyadas con sutileza, como disponiéndose a acariciar a la amada.

Comenzó la danza de sus dedos sobre el blanco y negro, y como si cada tecla estuviera conectada a una célula de mi cuerpo, empecé a resonar a cada golpe.

Se ha quedado en mí…. Aún vibro con su música…

Gracias a vos por abrirme esas puertas!

martes, 26 de octubre de 2010

Plegaria




El pasado es tan borroso
e inasible como el futuro.
El Génesis
un arquetipo.
Los ojos del corazón
ven la pulsación del sonido
en las rocas
en las estrellas
los amantes, los locos, los poetas
los sueños y las fantasías.
Un único latido
eleva su cíclica voz
un macrocósmico ritual tántrico
creando vibración
vibración creación
como el viento entre las hojas del nogal.
Formamos parte de una sinfonía holográfica
caleidoscópica
de una nueva alquimia emocional.
Somos iniciados de la fraternidad del alma
síntesis de cielos
y tierras.
No hay necesidad de trascender el mundo.
todo lo que necesitamos saber
si estamos lúcidamente atentos
está justamente frente a nosotros
en la línea de fuego
en el filo de la navaja
en el silencio del que nace todo sonido.
No somos aquello que nuestro sentido común nos exige que creamos ser.
Somos seres luminosos
compositores de la Música de la Creación.
No esperes de mi nada más que pasión
nada más allá de un sueño.
Escucha
la voz de tu corazón late al unísono con el Tao.
………………………………………….
Y eleva una pequeña plegaria
una oración, un samba
una canción, un salmo
un mantra, una danza, una voz un grito.
Crear
sin fronteras
significa poner tu vida en el ojo del huracán.
Significa arriesgar
y caer
y arriesgar
de nuevo y siempre
en la medida que sigas vivo.
Nunca lo olvides
el camino de la Conciencia
el paciente Ritmo de los ritmos
es el certero sendero de tu corazón.



Carlos Fregtman

miércoles, 4 de agosto de 2010

Knockout



Te miraba atenta. Tu vista perdida denotaba preocupaciones no resueltas. Me quedé un rato tratando de ver tus reacciones. Parecías concentrado en algo a lo cual yo no podía acceder.

Sin embargo, podía ver en tu rostro la expresión de un luchador. Alguien que había ganado y perdido a lo largo de su vida. Pero veía también la de aquel que, vencido, se dejaba abatir por los puños que llovían sobre si.

Pensé por un momento que me estaba equivocando, pero seguías ahí, absorto.
Recibiendo uno a uno los golpes en tu rostro. Sabías que no te hacían bien. Pero no te animabas a salir de ring.

Sabías que, con sólo decir:¡Abandono!, tu sufrimiento desaparecería. No podías ver que, “Abandono”, tomaba una fuerza increíble, porque era un acto de rebeldía, una decisión de vivir y no una derrota.

Seguías ahí, observando...esperando el siguiente golpe. Deseando estar fuera del ring. En un lugar mejor, en el que realmente deseabas. Pero algo en vos te invitaba a quedarte.

Llevabas el estoico valor de la resistencia. Te enseñaron que hay que soportar.
Resistir, soportar... Cosas que sólo tienen sentido cuando tiene sentido.

No olvidaré tu mirada, perdida esa noche.

viernes, 9 de julio de 2010

Ilusión




No dejo de ilusionarme. La ilusión es algo absolutamente necesario. Sin ella nuestra vida sería un total y absoluto hastío.
Amo los momentos de ilusión.
Todo mi ser se prepara para algo y actúa el contento, como si eso sucediera realmente.
Ahora bien, he aprendido a caer. Me he ejercitado largamente para saber caer. Tal como lo hacen los acróbatas, los equilibristas, los luchadores de todas las disciplinas. He aprendido cómo, cuando no puedo evitar que suceda, al menos estar preparada para cuando pase.
Ha sido duro el aprendizaje. Pero bien vale aprender a caer, por las tantas veces que uno disfruta y no cae y por aquella fantástica experiencia anticipatoria de la ilusión que tanto bien nos hace.
Durante mucho tiempo los golpes eran muy duros. Salía mal herida de cada uno de ellos. Y tanto goce de la ilusión se hacía trizas contra el suelo ante la furia de la desilusión.
Ya no creo en ella. Desilusión. No existes!!!! Ya he aprendido a gozar de los preparativos y también he aprendido a no golpearme al caer.
Detesto los amargos conjuros de aquellos que sepultan las ilusiones bajo el manto de un realismo pesimista que sólo empuja a más y más oscuridad.
Amo la luz de la ilusión. Amo sus latidos en mi pecho. Amo el acelerado ritmo de mi respiración. Amo las miles de imágenes que la componen y que llenan mi mente de situaciones gratas.
Ilusión… bendita.
Te espero a cada momento. Si luego no te cristalizas, una red amorosa contiene tus recuerdos, saca provecho de ellos y me protege de los golpes el camino recorrido para aprender a caer.

lunes, 10 de mayo de 2010

Naufragio....



Y allí estoy, como Franco, abrazada a una tabla en medio de la noche, muerta de frío, esperando que la soledad se transforme en compañía, simple, cálida y salvadora…. Siguen las olas golpeando sobre los restos de este naufragio; se mezclan en mi, la conciencia de estar viva y el dolor por los que ya no están más… también siento todavía el temor a no resistir, a no sobrevivir a tanta mar…………..
Siempre he amado las tormentas, las olas, la pasión, pero hoy me siento desarmada, a merced de los vaivenes del océano, del ir y venir del viento entre tanta bruma, entre tanto aire con sabor a sal…
Recorro cual moribundo, toda mi vida como en escenario… hay momentos deslumbrantes y otros absolutamente olvidables… Sin embargo todos forman una especie de cadena de eslabones absolutamente ligados, los que me hacen dar cuenta que ninguno de ellos es prescindible.
Es la misma cadena la que me salva, la misma que me ata a la vida, la misma que me hace ver que debo pasar cada uno de estos momentos, para poder seguir viva…
Dudo…. Dudo…. Dudo…….
Me suelto… me entrego…
Quiero descansar…
………………………………………………………

domingo, 7 de febrero de 2010

Salvemos a Oliverio...



Cuando el pobre Oliverio escribió Espantapájaros, allá por 1932, se debatía con lo que todos y cada uno de nosotros poseemos. Miles de "nosotros" conviviendo en nosotros.
"Soy una manifestación de personalidades"

Pero el pobre no pudo con ellas. Luchaba incansablemente para ocultarlas...cuando la solución era sólo observarlas, ponerlas a la luz, amarlas, verlas tal cuál son todas y cada una de ellas. Aceptarlas, procurar darles un espacio, ayudarlas, encaminarlas, poner las más aptas adelante, dejar las más débiles en un rinconcito.
Todas y cada una, engranajes indispensables de lo que somos.

"Yo Soy", yo soy UNO, pero tengo muchas partes, como todos somos uno con todos, esto se repite en nuestro interior. Y como en el universo, hay tormentas y armonía, guerras y paz.

Y YO SOY también el OBSERVADOR, el SUPREMO, el que pone órden a todas las cosas, "así en nosotros como en el Universo"



Espantapájaros 8 (Oliverio Girondo)
Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.

En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.

Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.

¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!

Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.

¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?

El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...

Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.

Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

Oliverio Girondo
Espantapájaros 8


Querido Oliverio: has dado un gran paso viéndolas. No las ocultes! No las mandes a la mierda! Obsérvalas! Domestícalas! Te lo propongo, desde mi constante experiencia con mis "fieras". Hazlo!

sábado, 6 de febrero de 2010

Del infierno al cielo



Del infierno al cielo nos vivimos
Jugando a la belleza y al dolor
Del infierno al cielo en el delirio
Tejida la verdad, tejida la ilusión
Del infierno al cielo heridos
Como ángeles caídos de su Dios.

Del infierno al cielo la esperanza
El miedo, la distancia y la pasión
Del infierno al cielo la balanza
Colgados de un tal vez, pendiendo de un adiós
Del infierno al cielo andamos
De la mano y sin bendición

Quién dicta cada regla
Quién hablara de un sueño
Quién pide algún perdón
Quién reza en esta espera
Quién busca en cada empeño
Vendernos el amor

Quién no torció el camino
Haciendo del destino algo mejor
Quién abrirá las alas para volver al sol

Del infierno al cielo todavía
Bebiendo de este vaso otro ciclón
Del infierno al cielo y sin guarida
Robando libertad, rentando al corazón
Del infierno al cielo el llanto
Y entre tanto sólo una canción


Alejandro Filio