sábado, 11 de julio de 2015

“Cuando nada más subsiste del pasado, después que la gente ha muerto, después que las cosas se han roto y desparramado, el perfume y el sabor de las cosas permanecen en equilibrio mucho tiempo, como almas resistiendo tenazmente, en pequeñas y casi impalpables gotas de su esencia, el inmenso edificio de la memoria”. Marcel Proust